Antonio Molina nació el 28 de setiembre 1934 en Buenos Aires en el seno de una familia de inmigrantes españoles, venidos de Almería, Andalucía. Sus padres fueron Ángel Molina y Clementina Díaz, y sus hermanas Lidia, Mabel y Nélida, siendo él el segundo.
Su primer contacto con la cerámica, a los 13 años, lo realiza trabajando en un taller del barrio porteño de San Telmo, y luego se dedica a actividades comerciales hasta que conoce, en el año 1958, a los escultores César Cancellieri y Rubén Locaso. El contacto con ellos lo incentiva a montar su propio taller donde producirá, en pequeña escala, elementos seriados con carácter funcional para el hogar, como jaboneras, espejos, lámparas, etc.
En los años 60 comienza a producir murales, a veces de grandes medidas, para la industria de la construcción. Luego agregará revestimientos en módulos de 9 piezas diferentes, cuyo diseño permite la colocación en obra sin solución de continuidad. Este material es exportado a Australia, país al que viaja en el año 1979 para montar una fábrica.
Allí produjo murales para un banco de la ciudad de Sydney y elementos seriados para entradas de edificios, pero diversas dificultades lo llevarán a regresar al país en 1981, donde conoció a la psicóloga Frida Ritermann, con quien pasaría el resto de su vida.
Realiza varias exposiciones en Argentina, Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia y España hasta el final de su vida. Su obra se impregna del arte del siglo XX, sobre todo de las corrientes vanguardistas abstractas, aunque también incursiona por la escultura metafísica figurativa y el cubismo, dando un producto muy original. Trabaja con formas geométricas, intentando también muchas veces representar objetos reconocibles, tanto en sus trabajos seriados como en esculturas individuales. La polaridad entre figura y fondo, luz y sombra, volumen y vacío aparece también en muchas de sus obras, generando verdaderos efectos de perspectiva.
Antonio Molina fallece el 23 de agosto de 2009 en la misma capital que lo vio nacer, dejando una obra inmensa y un legado imperecedero tanto para el arte de la cerámica como para la escultura contemporánea.
Premios:
-1965: es seleccionado para exponer, como representante de la Argentina, en el Smithsonian Internacional Institute de Washington, Estados Unidos.
-1971: 1º Premio en el Salón Anual del CAAC y en 1973 el "Premio Adquisición".
-1974: "Diploma de Honor" en la Exposición Internacional de Cerámica, Vallauris, Francia.
-1976: 1º Premio en el "Sálón Nacional de Cerámica".
-1997: "Gran Premio de Honor" en el XXXIX Salón anual Internacional del CAAC.
-2003: "Gran Premio de Honor" del Salón Nacional de Artes Visuales 2002.
sábado, 26 de diciembre de 2009
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